La navidad de nuestros tiempos es una tradición que ha
incorporado plantas y animales de origen diverso. De tierras mexicanas por
ejemplo, se sumaron la flor de nochebuena y el guajolote, mientras que de tierras europeas llegaron los nacimientos
y el ya popular árbol de navidad. Si bien esta celebración se extiende por todo
México, no se reproduce de igual forma en las zonas urbanas que en las rurales,
ya que en las ciudades es común hallar típicos árboles de navidad con luces de
colores y esferas, mientras que en otros sitios los nacimientos carecen de
estos “típicos” árboles.
En las frías tierras europeas de donde vino la tradición de
adornar un árbol en navidad, los árboles que dominan el paisaje son las
coníferas, plantas que no tienen flores y cuyas semillas se producen en un cono
(de allí que se llame conífera-la que lleva un cono). Éstos son los típicos
árboles de navidad, que en México tienen su equivalente en los abetos y
oyameles, los pinos, cedros blancos, ayacahuites y otros más que se
comercializan en estas fechas. La diferencia entre México y Europa es que nos
encontramos mucho más al sur, dentro de la franja intertropical y que por
tanto, tenemos una gran cantidad de árboles tropicales en comparación con la
cantidad de coníferas, que son árboles de clima templado (con sus excepciones).
Pinus en la Sierra Mixe, Oaxaca |
Pero no hay que entender con esto que en México no hay
coníferas. Al contrario, gracias a las altas montañas y mesetas, México es de
los países que tiene más especies del género Pinus (pinos, ayacahuites, ocotes). Y los hay desde el nivel del
mar (pino de mar) hasta las zonas alpinas (Pinus
hartwegii). Esto garantiza un abasto de árboles para las fechas
decembrinas, pues existen condiciones ambientales y de suelo para que puedan
sembrarse los típicos árboles de navidad.
Si bien esto es cierto para las zonas urbanas, a las cuales
se pueden llevar árboles de navidad con la perfecta forma cónica, no ocurre así
para las comunidades rurales alejadas de las redes de distribución de los
árboles típicos, e incluso para aquellas que se hallen rodeadas de bosque es
posible que no haya árboles apropiados para colocar el nacimiento. Imagine, por
ejemplo, una comunidad del estado de Yucatán que vive en medio de una selva
seca ¿de dónde obtendrán un árbol para navidad?
En algunas comunidades optarán por un árbol de plástico,
común en estos tiempos, o si viven en zonas templadas tal vez decidan
incursionar en el bosque que, como hemos dicho, se halla lleno de pinos. Pero
oh decepción, resulta que si bien en México hay una gran cantidad de pinos, no
todos tienen la misma forma. Parte de la riqueza biológica estriba en que no
todas las especies de Pinus se
parecen, especialmente en la forma. Los hay con tallo recto o retorcido, con
acículas (hojas) cortas o muy largas, con forma cónica, ovalada o irregular. Y
así, entre una u otra cosa, no todos cumplen con los requisitos para ser un
cónico árbol de navidad.
Pinus más navideños en la Sierra Madre Occidental, Chihuahua |
Es entonces que se
recurre al ingenio: si quiero un árbol para navidad y que adorne el nacimiento,
tomaré a la mano lo que haya en el bosque, sólo se necesita ver más allá de lo
común. De ahí que un amigo contara alguna vez que vio adornado una planta de
plátano de navidad; por mi parte, he visto numerosos y variados arbustos de
navidad, espinos blancos de navidad (Acacia farnesiana), ocotes de navidad,
duraznos y tejocotes de navidad y por supuesto, chamizos (Baccharis conferta)
de navidad. Es la diversidad arbórea de la navidad.
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