Era una lluvia que ahogaba el recuerdo de todas las lluvias. Ray Bradbury.
La lluvia no dejaba de caer en el planeta Venus, los hombres cuyo cohete estropeado yacía en algún punto de la selva venusina eran atormentados por las gotas que los golpeaban incesantemente, una vez y otra vez... hasta hacerlos enloquecer. El cuento de Ray Bradbury "La larga lluvia", describe a Venus como un planeta en el cual la lluvia nunca se detiene, todo el día y toda la noche, todos los largos meses del año la lluvia cae y moja e inunda todo lo que existe.
A estas alturas del año, que aún no llueva lo suficiente en este punto del planeta Tierra me hace añorar alguna de las "lluvias largas" de Venus. Aunque si viviera en un planeta así, por más que me guste la lluvia terminaría perdiendo la cordura (sí, la poca que me queda). Afortunadamente, en nuestro planeta y en nuestro país ni la sequía ni la lluvia son eternas, y por suerte la temporada de lluvias ya inició.
Las sierras orientales de México desempeñan un papel crucial para que ocurran lluvias en nuestro país. La Sierra Mixe es una de ellas.
Todos sabemos que las lluvias pueden variar en intensidad, que a lo largo del país no son iguales, y que tampoco lo son a lo largo del año; a veces pueden caer aguaceros torrenciales que duran unos cuantos minutos, mientras que otras pueden ser escasas pero constantes por varios días. Si bien son varios los factores que determinan la cantidad de lluvia que cae en cierto lugar, en nuestro país dos son determinantes: la orografía y los patrones de circulación del viento. El primero se refiere a qué tan altas y que tan próximas son las sierras al lugar donde vives, y el segundo a desde donde sopla el viento que trae las nubes a tu localidad.
Desde una perspectiva simple, los patrones de circulación del viento varían a lo largo del año en función de la estación respectiva. Como gran parte de nuestro país presenta la temporada lluviosa durante el verano, son más importantes los vientos llamados alisios. Estos vientos soplan de noreste a suroeste y al atravesar el Golfo de México absorben humedad; cuando éstos chocan con las montañas (las sierras orientales de nuestro país), se ven obligados a ascender y se enfrían, la humedad se condensa y entonces, llueve. Muchas otras sierras en el suroeste y oeste del país contribuyen de forma semejante, favoreciendo la lluvia en regiones alejadas del mar.
En verano también ocurre la formación de ciclones tropicales en los dos océanos que rodean al país. Estos ciclones introducen mucha humedad en ambos litorales, adentrándose en ocasiones hacia tierra firme; al chocar con las sierras y montañas, las lluvias en estos sitios se intensifican. Gracias a estos ciclones la humedad puede alcanzar zonas donde los vientos alisios no llegan y que de otra manera, no tendrían una sola gota de lluvia al año.
Puesto que no tenemos ciclones tropicales todo el año, la lluvia no siempre es intensa. Aún así, hay lugares en nuestro país donde la cantidad de lluvia que cae es muy grande, por lo menos la mitad del año. Los sitios donde se registra la mayor precipitación anual se hallan en las sierras orientadas hacia el Golfo de México, expuestas a los vientos alisios y a los ciclones del Atlántico, éstas son la Sierra Norte de Puebla, las Sierras de Ixtlán y Mixe en Oaxaca, y las Montañas del Norte de Chiapas. En estos lugares, hay meses en los que la lluvia no deja de caer por días, el Sol no brilla por semanas y las gotas golpean incesantemente, una vez y otra vez...
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Aunque las lluvias en México no lleguen a enloquecer a las personas, por lo menos las han desesperado. En su Historia de Oaxaca, del S. XIX, Jose Antonio Gay escribió que en Totontepec Mixe "son tres meses de llovizna, tres meses de aguaceros, tres meses de lodo y tres meses de todo". La frase da la impresión de un lugar muy lluvioso, y en efecto lo es. Esta comunidad se ubica en la franja de pueblos que en la Sierra Mixe reciben toda la humedad de los vientos alisios, y que en temporada de ciclones la cantidad de agua que cae es mucho mayor (los meses de todo).
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El nombre de esta entrada deriva de pejy tyuuj o lluvia delgada, que en el Ayuujk de Tlahui designa la lluvia suave pero constante. Para conocer más sobre la precipitación en México, puedes consultar el artículo Distribución de la precipitación en la República Mexicana, de Enriqueta García, una de las mujeres científicas más prominentes y pionera en los estudios sobre el clima de México.