jueves, 26 de abril de 2012

Orígenes III. Los hijos del maíz, los Mokaya


-Ëy ëjts n’uk mëëtët, nëmp ja pu’ts moojk ojts wyä’äny.
-Yo iré con el hombre, dijo el maíz amarillo. (Cuento mixe).

Antes que los habitantes de La Mojarra escribieran en una estela la historia de uno de sus líderes, antes que en Mesoamérica se hiciera común el registro de los días mediante puntos y barras, que los olmecas construyeran San Lorenzo y La Venta, que los zoques edificaran Chiapa de Corzo, y mucho antes que los mixes se dispersaran alrededor del Cempoaltépetl, existieron en el Soconusco los Mokaya. Los mokaya fueron una cultura que vivió en un tiempo de recolectores y cazadores, el tiempo en el que las sociedades igualitarias se convirtieron en sociedades estratificadas, agricultoras y sedentarias.

Mokaya es el término que el arqueólogo John Clark acuñó para designar una cultura que habitó hace unos 4000 años en la región de Mazatán, en lo que hoy es el Soconusco. Este término deriva de los idiomas mixe-zoques y significa “gente del maíz”, en el mixe actual mojkjää’y (moojk=maíz, jää’y=gente). Clark propuso utilizar este nombre ya que se infiere que los mokaya hablaron un idioma de la familia mixe-zoque, posiblemente el idioma antecesor de las lenguas actuales. Además, el nombre se sustenta en la idea de que este grupo humano fue de los primeros en basar su vida en el cultivo del maíz, o como afirma Clark, fueron “los primeros agricultores sedentarios de Mesoamérica”.

Pero vayamos por partes; los mokaya practicaban plenamente el cultivo del maíz, pero no fueron quienes domesticaron esta planta. Este proceso había iniciado 4000 años antes y la forma y el sitio en el cual ocurrió es aún motivo de controversia. Dos son las ideas que explican la domesticación del maíz a partir del teosintle, basadas sobre todo en sus características genéticas. La primera es la teoría unicéntrica que postula que la domesticación ocurrió en la cuenca alta del Río Balsas y de allí se extendió al resto de México. La segunda es la teoría multicéntrica, que propone fueron varios los sitios donde, de forma más o menos simultánea, se domesticó el maíz. Esta teoría recibe apoyo de más genetistas, quienes proponen como centros de domesticación las siguientes áreas: la Mesa Central, la cuenca alta del Río Balsas en los alrededores de Morelos, la zona centro norte de Oaxaca, los límites entre Oaxaca y Chiapas y las tierras altas de Guatemala.

Cultivo de maíz en laderas de la Sierra Mixe

Las evidencias arqueológicas al respecto son escasas, pero sugieren que el maíz se domesticó hace unos 8000 a 7000 años; por lo tanto, llevaba mucho tiempo como planta cultivada cuando los mokaya empezaron a sembrarla. De hecho, la hipótesis de John Clark es que el cultivo del maíz fue introducido de otras tierras y consumido sólo en forma de bebidas rituales, en ocasiones acompañadas de cacao, ya que en sus inicios el maíz no era parte esencial de la dieta basada en la caza y pesca de los ríos aledaños. La paulatina integración y generalización del cultivo de maíz entre los mokaya estuvo acompañada de cambios políticos y sociales en las sencillas sociedades igualitarias y dieron paso a la formación de pequeños cacicazgos, que cambiaron e influyeron en el modo de vida de la región.

Uno de los sitios arqueológicos adjudicados a los mokaya es Paso de la Amada, en Mazatán, Chiapas. En este lugar se han hallado restos de olotes y granos de maíz, y la evidencia más antigua de presencia de teobromina, el compuesto químico característico del cacao. Por varios siglos, el sitio floreció con varias edificaciones y con, hasta ahora, el juego de pelota más antiguo de Mesoamérica. Asimismo, se ha propuesto que un grupo mokaya de la costa del Pacífico se trasladó a la planicie costera del Golfo, iniciando así la cultura Olmeca, posiblemente la primera sociedad multicultural de estas tierras.

El maíz en la cosmovisión ayuujk. Mural enTlahuitoltepec.

Con el tiempo, los mokaya perdieron poder ante gente llegada de la zona del Golfo, que hablaba un idioma semejante. Siglos después de influenciar a los olmecas, los olmecas terminaron modificando el modo de vida de los mokaya y, después de un tiempo, ellos dejaron de existir, mientras se consolidaban otras culturas mixe-zoques en Izapa, Chiapa de Corzo, la costa pacífica de Chiapas y otros pueblos olmecas habitantes del Golfo, además de los antecesores de los actuales pueblos mixes y zoques. Los mokaya de Paso de la Amada se mudaron a otras poblaciones, y el sitio fue abandonado, no sin antes haber legado al resto de los pueblos el cultivo y la deificación del maíz.

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Algunas de las ideas de John Clark sobre la historia de los mokaya puede leerse en este enlace y en este otro. El hallazgo de teobromina se describe detalladamente en esta publicación.

miércoles, 11 de abril de 2012

La cobija de cuadros


Ese día, cuando Nils Holgersson levantó el vuelo por primera vez sentado sobre el ganso doméstico que acompañaría a los otros gansos salvajes en su viaje por Suecia, lo único que vio hacia abajo fueron cuadros, muchos cuadros y líneas de colores que unidos unos a otros semejaban un mantel o una gigantesca cobija de cuadros. Así inicia la travesía en “El maravilloso viaje de Nils Holgersonn”, un libro sobre un niño convertido en duende, que puede hablar con los animales y que sigue la migración de los patos silvestres hacia el norte de Suecia, conociendo desde el aire su país, sus bosques, campos, ciudades y pueblos.

Quién como Nils para poder viajar a través de tu región o país montado en un ganso, o una golondrina, o cualquier animal que vuele. Conozco personas que han hecho viajes de este tipo caminando o viajando en vehículos, pero desde el aire las cosas deben ser distintas. Nuestros tiempos modernos permiten tener algo ligeramente similar, y ya no es necesario imaginar tu patio o los campos y montañas de alrededor; mediante el software Google Earth, de forma gratuita podemos acceder a la vista de nuestro país desde las alturas. Y vaya que se pueden encontrar cosas interesantes: líneas, círculos, polígonos, colores, tu casa, mi casa, las barrancas, los lagos, las islas y todo lo que se pueda ver desde el aire; y he aquí unos ejemplos de México.

1. Los techos azules, verdes y blancos de los invernaderos de Tangancícuaro, Michoacán, y el contraste con el color del suelo y los cultivos.


2. Los cerros y ríos de la Sierra Sur de Oaxaca, cerca de los pueblos conocidos como Coatlanes.


3. La zona arqueológica de Cantona, Puebla, con sus pirámides y los cuadros de lo que fueron las bases de las casas y patios de esta ciudad prehispánica.


4. Las barrancas del volcán La Malinche, y cómo se extienden cual si fueran ramas de un árbol gigantesco bajo las laderas cultivadas cerca de San Miguel Canoa, Puebla.


5. Las decenas de islas de formas variadas que se crearon cuando se construyó la presa Miguel Alemán, cerca de Tuxtepec, Oaxaca, islas que anteriormente fueron cimas de cerros.




Evidentemente, nada podría superar un viaje como el de Nils; el libro que relata sus aventuras fue escrito por Selma Lagerlöff, escritora sueca que fue la primera mujer en recibir el premio Nobel de Literatura en 1909. Se dice que el libro lo escribió por encargo de las autoridades educativas de Suecia para enseñar a los niños la geografía de su país. El resultado es más que sorprendente y disfrutable, Nils aprende sobre la geografía, la cultura, las leyendas y las costumbres de los lugares que visita. En México aún no tenemos un libro equivalente, ¿alguien se anima a escribir uno?