viernes, 19 de marzo de 2010

Malthus y los Mixes

El Ensayo sobre los principios de la población, del inglés Robert Malthus, es conocido como una de las lecturas que le sirvieron a Charles Darwin para su Teoría sobre la evolución biológica. En ese ensayo, Malthus plantea que la población humana tiene un crecimiento de tipo exponencial (los valores se duplican en el mismo intervalo de tiempo describiendo una curva ascendente cuando se grafica), mientras que la producción de alimentos crece geométricamente (los valores aumentan una sola unidad en el mismo intervalo de tiempo describiendo una recta).

El crecimiento de la población humana puede medirse a diferentes escalas, ya sea considerando todo el planeta, sólo un país, un estado, un municipio o incluso una localidad, mientras se tenga un registro histórico del número de habitantes. Malthus utilizó los valores de Inglaterra del S. XVIII para observar las tendencias de crecimiento; nosotros podemos hacer lo mismo para poblaciones más pequeñas, por ejemplo, los municipios de la zona Mixe alta: Mixistlán, Tlahuitoltepec, Tamazulapan, Ayutla, Tepuxtepec y Tepantlali.

Cabecera municipal de Tlahuitoltepec-Xaamkëjxp. Este municipio es el más poblado de la zona Mixe alta, en los últimos 15 años su población se incrementó en 2000 habitantes

Las variaciones en la población (número de habitantes) de México son registradas por el INEGI en los Censos de cada 10 años, y a partir de 1995, en los Conteos de población. El registro más viejo que obtuve para estos municipios data de 1930, con lo que se tienen 75 años para observar las tendencias de crecimiento poblacional. Los valores de población de los municipios mencionados se ajustaron a curvas exponenciales por municipio, utilizando además el valor de R2, el cual entre más cercano sea a 1, indica que los datos se asemejan más a un crecimiento exponencial.

¿Qué se obtuvo realizando este ajuste? Resultó que en el caso de los municipios más poblados, el ajuste es muy bueno, con valores muy próximos a 1: R2=0.96 para Tlahuitoltepec y R2=0.94 para Tamazulapan. En el resto de los municipios el ajuste es menor: R2= 0.85 para Mixistlán, R2=0.80 para Ayutla, R2=0.78 para Tepantlali y R2=0.72 para Tepuxtepec. Esto quiere decir que Tlahuitoltepec y Tamazulapan tienen un crecimiento muy cercano al exponencial, mientras que en el resto de los municipios la tendencia es menos marcada.

Curvas de crecimiento de los municipios de la zona Mixe alta. Los puntos corresponden al número de habitantes por año y las líneas a la curva exponencial

Al contrastar ambos tipos de crecimiento (el poblacional y el de los alimentos), la conclusión de Malthus fue que en algún momento habría escasez de alimentos pues la demanda sería superior a lo que se produce. Sin embargo, su predicción fue errónea pues la Revolución Industrial incrementó la producción de alimentos en su época, mientras que otros factores atenuaron el crecimiento exponencial de la población europea.

En el caso de la zona Mixe alta, no existen datos de producción de alimentos para poder contrastarlos, y si bien es evidente que existen tendencias de crecimiento poblacional de tipo exponencial, no quiere decir que en el futuro estas tendencias se mantengan, pues existe muchos factores que intervienen en las tasas de crecimiento (entre ellas la migración). No obstante, es necesario recalcar que los municipios mixes sí crecen, y que esto podría traer consecuencias de índole ambiental, económica, social e incluso cultural.

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Además de funcionar como modelo de ajuste a los datos, la función exponencial puede extrapolarse y así obtener una predicción de la población futura para cada municipio. Con base en esta línea de tendencia, y el error estimado para cada municipio, podría esperarse en el 2010 una población de 9266±491 habitantes en Tlahuitoltepec, 7704±550 para Tamazulapan, 5373±679 para Ayutla, 3443±557 para Tepuxtepec, 2537±367 para Tepantlali y 2934±335 para Mixistlán.

En este año, el INEGI realizará el XIII Censo de Población y Vivienda, cuyos resultados se publicarán seguramente el próximo año, sabremos entonces si la tendencia de crecimiento exponencial continúa o si están empezando a notarse que estos municipios llegan a su capacidad de carga (aunque sinceramente, no lo creo).

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Los datos de los censos y conteos poblacionales más recientes pueden consultarse en la página web del INEGI, que además incluye información detallada por estado, municipio y localidad. Datos anteriores pueden obtenerse en las oficinas regionales de cada estado.

martes, 9 de marzo de 2010

Nëwey

Cuando estuve por primera vez en Morelia no me había percatado de un hecho que hasta ahora llamó mi atención: en el camino diario que hago hacia el Centro de investigación donde estudio, atravieso varios arroyos. Y es que en la ciudad de Morelia existen numerosos de ellos, aunque no siempre son visibles y nadie los recuerda hasta la temporada de lluvias. Sin embargo, siguen allí y prueba de ello son los sauces que los acompañan (que son visibles independientemente de la época del año), y en esta ciudad tan carente de áreas verdes (defecto común a varias ciudades mexicanas), le proporcionan cierto verdor y contraste con las crecientes edificaciones.

Follaje de un sauce a orillas del río Tonto. Cerca de Tuxtepec, Oaxaca

Los sauces (Salix humboldtiana) son elementos típicos del denominado Bosque de galería o Vegetación riparia (y ahí vamos con la variedad de nombres). Ambos nombres hacen referencia a que esos árboles acompañan algún curso de agua, pues no cualquier planta puede crecer en ambientes donde el suelo está permanentemente húmedo. Además, dentro de los árboles de este bosque, los sauces son de los más resistentes a ciertos grados de contaminación (y si no me creen, échenle un ojo a como está el agua de los arroyos).

Pero estos no son los únicos árboles que conforman el bosque de galería, el cual puede variar a lo largo de nuestra república. En los bosques de galería también crecen las gigantescas hayas (Platanus mexicana), los frondosos ahuehuetes (Taxodium mucronatum), además de amates (Ficus), fresnos (Fraxinus uhdei), palos de águila (Alnus acuminata) y varios más.

Bosque de galería compuesto de hayas, junto al río. Ejido Tulimán, Zacatlán, Puebla.

Y así como en Morelia los sauces revelan que los arroyos siguen allí, en cualquier paisaje rural o urbano donde existan los árboles mencionados seguramente habrá agua, ya que es conocido que tanto pueblos como ciudades fueron fundados porque junto a ellos habían arroyos. Habría entonces que buscar el arroyo más próximo o la barranca más cercana para comprobar que allí siguen los sauces.

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Salix humboldtiana es el nombre científico para la planta que en Ayuujk llamamos Nëwey, y que en español se conoce como sauce. El nombre ayuujk indica su estrecha relación con el agua, ya que el prefijo në- deriva (quiero suponer) de la palabra nëëj, que significa agua. El nombre del ahuehuete (Taxodium mucronatum) tiene un origen semejante, aunque del náhuatl ahuehuetl, en el que el prefijo a- deriva de atl, que también significa agua.

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Una descripción detallada del sauce, el fresno, el palo de águila y la haya puede hallarse en la página web de la CONABIO sobre Árboles y arbustos nativos potencialmente valiosos para la restauración ecológica y la reforestación.


martes, 2 de marzo de 2010

Sobre bosques, selvas (y montañas)...

Para varios pueblos de Europa los bosques eran sitios tenebrosos, hogar de criaturas fantásticas y peligrosas que incluían, entre otros, al lobo de Caperucita Roja. Para los antiguos romanos, silva, la selva, era la palabra para designar una región salvaje, poblada por densas arboledas. Hoy, bosques y selvas nos traen a la mente lugares llenos de árboles; aunque, como todos saben, no es lo mismo el bosque de la ya citada Caperucita Roja, a la selva de Tarzán.

Entonces, ¿qué diferencia hay entre un bosque y una selva, además del nombre? De forma general, se habla de diferencias en la composición y la dominancia de árboles; la composición se refiere a cuántos tipos (especies) de árboles hay, y la dominancia a cuántos hay de cada uno. Si hay pocas especies, aunque muchas de cada una, estamos ante un bosque. En cambio, si hay muchas especies, pero pocas de cada una, estamos ante una selva.

Bosque de encino. Casas Grandes, Chihuahua
Hasta aquí no hay mucho problema, si nos ponemos a examinar cuántos y qué tipo de árboles hay, podríamos definir si estamos ante un bosque o una selva. Por ejemplo, un bosque muy común en México es el de pino, que como su nombre lo indica se compone casi exclusivamente de pinos. Pero las cosas se complican cuando queremos saber con detalle ante qué tipo de bosque o selva estamos. Es entonces que hay que recurrir a las clasificaciones de los tipos de vegetación de México; y allí está el problema, pues no existe aún un consenso entre los botánicos sobre qué sistema utilizar, lo cual nos remite nuevamente a las diferencias entre bosques y selvas.

Este disenso se da particularmente con las selvas ya que, por ejemplo, el tipo de vegetación de las zonas subhúmedas del país es denominado alternativamente (según los dos sistemas de clasificación más conocidos de México) Selva baja caducifolia (Miranda y Hernández) y Bosque tropical caducifolio (Rzedowski). ¿Y entonces, es un bosque o es una selva? Pues las dos cosas, ya que cada autor utiliza criterios distintos para nombrar este tipo de vegetación. En el caso del segundo autor, todas las zonas forestales de México resultan ser bosques, siendo algunos Bosques templados (los bosques, bosques) y otros Bosques tropicales (las selvas).


Selva. Misol-ha, Chiapas
Así pues, los criterios para nombrar de forma específica el tipo de bosque o selva pueden cambiar, pero los criterios generales (de composición y dominancia) sí aplican, ya que Caperucita Roja no se encontrará al lobo en una selva (se moriría de calor con su caperuza) ni Tarzán puede columpiarse en las lianas de un bosque (porque simplemente, no hay).

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“… siendo los montes seguidos unos tras otros tenían en barrancas profundas sus habitaciones, entre selvas que sacude el viento, y entre arroyos que se precipitan en raudales…” Sobre los Mixes. Fray Francisco de Burgoa, S. XVII. Geografica descripción…
En el idioma ayuujk la palabra más cercana para designar a una asociación de árboles, independientemente de si es una selva o un bosque, es yukp (de la cual deriva el nombre de este blog). Sin embargo, esta palabra se utiliza en un sentido más amplio, puesto que se correlaciona al bosque (o selva, ya que no hay diferencias entre ambos) con el lugar donde se desarrolla; y en la sierra lo más común, si no es que siempre, es que sea en las montañas. Donde hay montañas, hay bosque, y donde hay bosque hay montañas. Por esta razón, yukp también quiere decir montaña, monte o cerro. De allí que la montaña principal de la Sierra Mixe reciba el nombre de II’pxyukp (II’px=veinte), o Cempoaltepetl (en náhuatl); y el Ayuujk sea el Idioma del bosque, de la selva o de las montañas.

La equivalencia entre montañas y bosques-selvas parece no ser exclusiva del ayuujk, pues varias comunidades campesinas de México, que no exclusivamente indígenas, denominan “monte” a los bosques y selvas. Es el caso de las comunidades de la costa occidental de Jalisco, donde se diferencia entre monte alto y monte bajo en función de la altura y edad de la selva. ¿A qué se debe esto? Podría ser una convergencia lingüística debido al modo de vida o quizás la persistencia de un término común a varias lenguas indígenas que ha permeado y se ha mantenido en el español. En fin, uno nunca sabe.

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Los tipos de Vegetación de México, de Jerzy Rzedoswski, puede consultarse en la página de la Comisión Nacional Para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad. Los tipos de vegetación de México y su clasificación es de Faustino Miranda y Efraím Hernández Xolocotzi estaba disponible en la página de la Sociedad Botánica de México, pero al parecer han desactivado el enlace.